
En este artículo vamos a destacar una de las mayores preguntas que nos hacemos a la hora de tener que elegir la altura donde vivir. Como se suele decir, para gustos los colores, pero es cierto que solemos entrar en debate con nuestras parejas debido a diferentes gustos: un bajo con jardín, un ático para que no nos molesten arriba,… una pregunta más habitual de lo que parece.
Inicialmente debemos de pensar en los gastos que nos conlleva la altura del piso y pensar en lo que más nos compense. En el caso de pisos de segunda mano, tenemos que tener en cuenta que en algunas viviendas, se está planteando seriamente que el mantenimiento de comunidades sea más caro para las plantas superiores, poniendo el caso del uso del ascensor. Claramente, las viviendas de más arriba harán más uso que los bajos, y en algunas comunidades de vecinos se plantea que el coste no se reparta por coeficiente, sino que los pisos de plantas superiores paguen más que las inferiores
El ático
Los analistas se pronuncian a favor de este tipo de viviendas ya que “el valor del atractivo de un inmueble a cielo abierto. Son tremendamente luminosos y las vistas ayudan.
La luminosidad, la sensación que produce el espacio libre y la posibilidad de construir más habitaciones -en este caso se necesita el permiso de la comunidad- son singularidades esenciales del ático.
Inconvenientes: Las goteras que indudablemente puede que surjan, bien crearlas al de abajo o bien por tratarse de hogares directamente expuestos a las inclemencias del tiempo. En referencia al espacio, un ático suele tener menos metros construidos, y aunque tenga terraza, solamente es aprovechable durante los meses con buen tiempo.
Bajo con jardín
La segunda opción tras la imposibilidad de alcanzar un ático. Cosas a favor: No pierdes metros de edificación, ganando un espacio adicional con un jardín propio donde las familias con niños pueden disfrutar más de su vivienda.
En contra: Inseguridad, aunque no parece que en una urbanización vigilada con el servicio de conserjería sea un inconveniente. Ruidos, siendo el problema principal en verano, en el caso de tener piscina u otras zonas de ocio.
Los intermedios
El cuarto piso y el tercero, en un edificio de cinco alturas, son los inmediatamente más convenientes para elegir. El cuarto puede sufrir goteras o humedades, pero tiene más luz y la seguridad presenta un alto nivel a juicio de los expertos. Lo más negativo de estos pisos es que hay gente viviendo encima, con los consiguientes ruidos.
En el caso de un segundo piso, lo mejor es que el precio en muchas ocasiones es el mismo que el primero y, sin embargo, la luz y la seguridad tienden a aumentar.
El «patito feo»
El primer piso de cualquier urbanización es, desde un principio, el ‘patito feo’. «Los aspectos negativos de las plantas primeras son la falta de luminosidad y la posible existencia de bajos comerciales, con sus consiguientes ruidos. No sólo eso, también los olores del alcantarillado interior o exterior y no digamos si lo que hay debajo de la vivienda es un bar. Esta posibilidad hay que valorarla, pero no se puede controlar con anterioridad a la compra.
Por contra, un primero sin locales abajo o con una simple oficina, puede ser una buena compra siempre que se prevea que tiene buena luz, cuestión más difícil en este caso.
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