En el mercado inmobiliario existen ciclos de alta y baja demanda, que van unidos a la economía general; lo que se desconoce es lo que provoca estos ciclos, por lo que hacer una previsión de futuro, en la mayoría de los casos, es difícil.
Por regla general, podemos decir que el mejor momento para comprar una vivienda es en invierno, cuando la demanda es menor y las posibilidades de encontrar algo que te guste y a un precio irrefutable, son más elevadas. Esto afecta sobre todo los que quieren adquirir un piso en zonas con mas demandada, como puede ser la costa.
Ciclos de compra y venta
¿Y cuál es ese ciclo más conocido que ignoramos en nuestras decisiones?. Pues no es otro que el ciclo de las estaciones: el invierno y el verano, la lluvia y el sol son potentes “influencers” en nuestra cabeza, que creemos fría y calculadora pero es mucho más emocional.
Si se quiere alquilar una vivienda, el inquilino encontrará mejores oportunidades en invierno, cuando la demanda de expatriados es menor, y también las ganas de salir a ver casas.
De igual manera la época ideal para vender una casa es entre la primavera y el verano, cuando el tiempo nos anima a todos mucho más.
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